Religión: Ya ha comenzado su quinario


In manu Eius potestas et imperium
"Bordada con la luz de marzo "

CON los hilos del oro de la luz de las tardes de marzo bordó Juan Manuel la túnica del poder y el imperio que el Señor luce desde la Nochebuena hasta que, cuando llegue la Cuaresma, el templo de su cuerpo sea revestido de morado como de antiguo se velaban los altares. La túnica persa es la única de gloria que tiene este varón traspasado de compasión y de dolores, siempre revestido de morado penitencial, siempre ceñido por cardos y penas, siempre herido por coronas de espinas. Por eso es la que viste en estos días grandes de quinario y Epifanía. Y la que vestirá hasta el Miércoles de Ceniza mientras el sol le vaya buscando, tarde tras tarde, por la fachada de San Lorenzo. Primero apenas rebasará el cruce de Eslava. Después besará su azulejo. Más tarde alcanzará el relieve del beato Spínola y, tras rozar la puerta por la que se nos va la Semana Santa -porque todo empieza y todo acaba en San Lorenzo-, se fundirá con las llamas del retablo de las Ánimas Benditas del Purgatorio. Por fin alumbrará las superpuestas convocatorias cuaresmales de triduos, quinarios, septenarios, novenas y besamanos; y entrará tímidamente en la Basílica, como una intermitente y fina línea dorada, cada vez que se entreabran los esterones; o irrumpirá triunfalmente en ella cuando los viernes de cuaresma se abran de par en par las puertas. Éste es el peregrinaje que cada enero emprende la luz creciente para arrodillarse ante el Señor. Ahora, como una promesa, como una llamada, como una semilla enterrada que apenas haya empezado a brotar, todo el oro de la luz de las tardes de marzo está en los bordados de su túnica y en el fuego de su altar de cultos solemnes. Todo se concentra allí, todo converge allí, todo lleva hacia allí por esas calles cuyos nombres suenan a letanía sevillana, que estas noches frías recorren los hermanos y los devotos camino del quinario.Le hace su hermandad solemnes cultos y le hará, en la festividad de la Epifanía, Función Principal de Instituto con Protestación de Fe. Sevilla y sus devotos le harán al Señor su quinario popular entre el 28 y el 30 de marzo, protestarán públicamente su fe besando las manos de este Evangelio esculpido y celebrarán la manifestación del gran poder de Dios cuando a la una de la madrugada del 2 de abril el Señor, navegando sobre el río de fuego de su cofradía, salga a unas calles bendecidas por su presencia para darse del todo a todos desde el altar de su paso. Entonces culminará lo que empezó cuando sus priostes, convocando primaveras, le pusieron esta túnica bordada con los hilos de oro de la luz de las tardes de marzo. "
Carlos Colón Perales. Diario de Sevilla, 3-1-2010 Anno Domini
"Fotografía de Dios"
"Si se hubiera podido fotografiar la mirada herida de ternura con la que Dios contempló al hombre alejarse de él tras esa misteriosa ruptura a la que se llama pecado original, esa mirada sería la del Gran Poder. Si se hubiera podido fotografiar la mirada de compasión con la que, desde entonces, vio a su criatura vivir sometida a la naturaleza sabiéndose más que naturaleza, arrojada al mundo sin gozar de la inocencia de los animales ni de la gracia de los ángeles y por ello, como escribió Kierkegaard, condenada a la angustia del expatriado, esa mirada de compasión sería la del Gran Poder.
Si se hubiera podido fotografiar el gesto de amor de un Dios que sin dejar de serlo cargó con esa cruz de carne de la naturaleza angustiada del hombre –mucho más pesada que la de madera– para unir lo que el pecado desunió; eternidad irrumpiendo en la finitud, inmortalidad encarnándose en un cuerpo mortal, omnipotencia librándose indefensa en manos de los hombres, creador entregado a sus criaturas, Dios que se hace hombre para que despierte, y se despliegue, todo lo que de divino hay en el hombre a la vez que se muestre todo lo que de humano hay en Dios, ese gesto de amor sería el del Gran Poder.
Si se hubiera podido fotografiar lo que sintió Moisés ante la zarza; lo que sintió Jacob cuando el ángel de Dios le venció en la orilla del Yaboc y lo que vio cuando contempló la gloria de Dios que le decía: "Yo soy Yahvé, el Dios de tu padre Abraham y el Dios de Isaac... Estoy contigo, te guardaré por doquiera que vayas y no te abandonaré"; lo que sintió Isaías cuando vio desplegarse el poder de Dios y, consternado, exclamó: "¡Ay de mí, estoy perdido! Soy hombre de labios impuros y he visto con mis ojos al Rey y Señor de los ejércitos"; lo que sintió Pascal cuando en la noche del 23 de noviembre de 1654 tuvo la experiencia total de Dios y anotó en su Memorial: "Dios de Abrahán, Dios de Isaac, Dios de Jacob, no el dios de los sabios y filósofos. Seguridad. Alegría. Paz", eso que sintieron Moisés y Pascal y eso que vieron Jacob e Isaías tendría el rostro del Gran Poder.
Dios del principio y del fin, y por ello Señor del alfa y la omega bordadas en su túnica epifánica de enero; Padre y Espíritu visibilizados del todo en el Hijo; Dios poderoso de Israel y Dios humanísimo de los cristianos; Yahvé capaz de llorar la muerte de Lázaro o de derrumbarse de angustia entre los olivos; fiero León de Judá y manso Cordero de Dios; abatido siervo sufriente de Isaías y Dios poderoso capaz de resucitar a los muertos, el Señor del Gran Poder es la más perfecta fotografía de Dios tal y como se manifestó en Jesús Nazareno. Por ello que ahora su imagen se nos devuelva aún más nítida es una obra, no de restauración, sino de apostolado; porque nos permite comprender con los ojos aún mejor la tierna misericordia de nuestro Salvador y ver al Dios de nuestros padres tal y como ellos lo vieron."

Carlos Colón Perales. Diario de Sevilla, 28-7-2006 Anno Domini


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