Los tiempos de crisis no van con ellos. Los 15 millones de euros con los que el actual gobierno subvencionó a los sindicatos UGT y CCOO, además de comprar su silencio cómplice ante tal debacle laboral y económica, ha servido para que sigan malgastando el dinero público a tutiplén. Y es que ya no se conforman con desvalijar el zurrón para mantener a miles de liberados incompetentes, sino que ahora han pasado ya a la fase: “derrochamos el dinero público… ¿y qué?”.
Y es que poco le importan a estos señores que se vayan al paro 6.000 personas diariamente, o que los desempleados en España engrosen una lista escalofriante de casi 4 millones.
En Cádiz se celebró hace una semana el Congreso de la Federación Andaluza de Servicios de UGT que congregó a más de cien delegados sindicales, y la Sra. Olvido Aguilera, secretaria general de la Federación Andaluza de Servicios de UGT, una de las cosas que parece NO OLVIDAR, es malgastar el dinero de todos en regalarle a cada asistente del congreso un maletín cuyo contenido eran unas bolas chinas. Suena a broma o chiste pero es realmente cierto.
Así justificaba esta experta derrochadora de erario público el regalito que se dio a los presentes: "Es por un tema, fundamentalmente de género. En UGT también nos preocupamos por nuestras afiliadas, y las bolas chinas están recomendadas por los ginecólogos, por sus efectos terapéuticos y para evitar pérdidas de orina, por ejemplo".
Además, añadió que "hemos creído que era una buena ocasión para que tengan unas, sobre todo teniendo en cuenta que muchas de ellas siguen teniendo reparo a ir a comprarlas a una farmacia. Y es hora de romper este tabú que todavía existe".
Que al congreso mayoritariamente acudían más hombres que mujeres poco le importaba a esta Sra. Olvido, que haciendo honor a su nombre olvida los 6000 parados diarios, los 4 millones de desempleados en España, lo que significa un mínimo de ética, etc… Eso sí, nos queda la duda si era ella la única que aprovechó este congreso para tener estas bolas gratis porque no se atrevía a acudir al sex-shop de la esquina a comprarlas.
Lo que queda claro, es que estos sindicatos están dispuestos siempre a buscar su propio placer, eso sí, a costa de joder (y perdonen expresión tan vulgar y soez) al ciudadano.
Editormagazine.
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